Palabras, en la apertura del Seminario Internacional sobre Administración de Justicia en América Latina, por el Dr. Ramón de la Cruz Ochoa, Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular y Presidente de la Sociedad Cubana de Ciencias Penales.
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Excelentísimo Señor Embajador del Canadá en la República de Cuba.
Amigos del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales de Buenos Aires, Argentina. Compañeros cubanos:
Con sumo gusto y regocijo inauguramos en el día de hoy el Seminario sobre la Administración de Justicia en América Latina, el cual es resultado de las relaciones establecidas, hace ya dos años, entre el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales de Argentina y la Sociedad Cubana de Ciencias Penales de la Unión Nacional de Juristas de Cuba. Cuando firmamos el Convenio entre las dos instituciones nos propusimos desarrollar un Seminario que informara a los juristas cubanos acerca de las realidades y cambios de la administración de justicia en América Latina con especial énfasis en el proceso penal. por distintas razones no es hasta ahora que hemos procedido a realizarlo, lo cual hacemos en estos momentos, gracias al apoyo de la Embajada de Canadá en Cuba, lo que mucho agradecemos. La Administración de Justicia es, dentro de las funciones del Estado, una de las de mayor importancia y trascendencia, donde de una forma u otra se identifica en buena medida el poder coactivo del Estado, sin embargo como paradoja, es, dentro de las funciones del Estado, la más preferida, esto si bien es verdad casi universal ha sido hasta el momento más evidente en la mayor parte de América Latina. Sin embargo no debemos desconocer que en nuestra América, si bien no podemos generalizar en todos los países, hay una tendencia que cada día cobra más fuerza, a entender que no puede enfrentarse la modernización del Estado y la consolidación del llamado proceso democrático sin un enfrentamiento decidido y valiente a Page 19 la cuestión judicial y de ahí que en muchos países se hayan iniciado procesos de reforma de la justicia. Tratarán especialmente nuestros invitados, de contarnos qué ha pasado y qué pasa en América Latina y de ahí partiremos sin duda a examinar este proceso con espíritu crítico a fin de poder llegar a respondernos preguntas que estoy seguro todos nos hacemos: ¿hay realmente en América Latina un verdadero proceso de reforma de la Administración de Justicia? ¿En qué consiste la reforma de la justicia, es un proceso de nuevas leyes procesales y orgánicas, o es algo más que eso? ¿Es posible esta reforma sin amplia democracia política y social, sin real acceso de todos a la justicia? Muchas son las preguntas que sin duda nos han asaltado durante el proceso de preparación de este Seminario, y que estamos seguros serán objeto de debate durante estas dos jornadas. Nuestros profesores disertantes son todos de altísima calificación y constituyen una representación dentro de las figuras de la doctrina y la academia latinoamericana que analizan hoy estos problemas en América Latina, con una concepción democrática y progresista, nos acompaña también un amigo del México siempre hermano, el Maestro de las Ciencias Penales mexicanas, Sergio García Ramírez. Estoy seguro que ellos no vienen a contarnos una historia apologética, más bien nos trasladarán con espíritu crítico las realidades y perspectivas de estos cambios. Por nuestra parte tampoco seremos apologéticos, pero no dejaremos de contar lo que hemos caminado, sus méritos y desaciertos pero sobre todo nuestro afán de alcanzarla utopía, una justicia verdaderamente democrática, accesible a todos y con garantías para todos. Hablaremos de lo que nos queda por mejorar, de nuestro continuo y nunca acabado afán de perfeccionamiento. Esperamos que este diálogo sea fructífero, engrandecedor y nos ayude a todos en nuestra lucha por esta utopía. Por último nuestro agradecimiento a todos, al Instituto de Buenos Aires, a ustedes, a nuestros invitados, a las instituciones cubanas que acogieron rápidamente este proyecto, a las oficinas auxiliares del Comité Central del PCC que tanto nos han apoyado. Y por último gracias a Canadá, no sólo por su apoyo para la realización del evento, pero sobre todo por su valiente defensa de los principios del libre comercio y de la soberanía de los pueblos ante esa afrenta que es la Ley Helms-Burton. Excúseme Embajador, si con esta incursión politizo esta sobria inauguración, pero son sentimientos que nos aparecen con absoluta sinceridad. Bienvenidos a todos y esperamos nuestro Seminario sea fructífero,
Muchas gracias.
