Cinco héroes prisioneros del imperio

AuthorRandy Alonso Falcón
Pages111-119

Page 111

21 de enero del 2002

El Primero de Enero de 1959, con el triunfo de la Revolución Cubana, el gobierno de los Estados Unidos de América recibió con los brazos abiertos en su territorio a varios de los más notorios asesinos de la dictadura de Fulgencio Batista, que segó la vida de casi 20 mil cubanos durante sus cerca de siete años de cruenta represión. Apenas unos días después, de las filas de esta ralea de criminales surgió en territorio norteamericano la primera de los cientos de organizaciones contrarrevolucionarias que a lo largo de cuatro décadas han intentado destruir por cualquier medio el proyecto social que se ha edificado en la isla.

En estos 43 años transcurridos desde entonces, junto al bloqueo genocida y la guerra económica que sucesivos gobiernos han practicado contra Cuba para asfixiar y rendir por hambre o enfermedades a su pueblo, y todas las leyes y enmiendas absurdas que han aprobado para agredirlo y perjudicarlo, se cuentan por miles los actos terroristas cometidos, con la anuencia, financiamiento o conocimiento de las autoridades norteamericanas y sus órganos de inteligencia, por la mafia cubano americana con capital en la ciudad de Miami, muchos de cuyos principales personeros fueron entrenados por la CÍA en las décadas de los 60 y 70 para organizar sabotajes y atentados de todo tipo. Tales ignominiosas acciones contra nuestro pueblo han costado la vida de 3. 478 ciudadanos cubanos y daños físicos que han provocado la incapacidad a 2. 099 personas.

Decenas de bandas armadas suministradas desde el exterior, invasiones mercenarias, voladura e incendio de industrias, comercios y centros recreativos, colocación de bombas en oficinas de representaciones cubanas en el exterior, asesinatos de personal diplomático cubano, quema de cañaverales, Page 112 introducción de plagas, virus y enfermedades, tiroteos a poblados costeros e instalaciones turísticas, centenares de intentos de asesinato contra los principales dirigentes de la Revolución, y muy especialmente contra Fidel Castro, infiltraciones armadas y colocación de bombas en importantes hoteles, son parte del largo rosario de acciones de terrorismo contra Cuba.

Entre tantos aborrecibles hechos se cuentan el criminal sabotaje contra el buque francés "La Coubre", que dejó un saldo de 101 muertos, entre ellos 6 marinos franceses, la invasión mercenaria por Playa Girón derrotada en menos de 72 horas, la Operación "Mangosta" de la CÍA -llena de los más disímiles planes contra Cuba y para la que se creó la mayor subestación de la Agencia en su historia-, la voladura en pleno vuelo de un avión de Cubana de Aviación frente a las costas de Barbados en 1976 donde perecieron 73 personas -57 cubanos, 11 guyaneses y 5 coreanos-, la introducción de una epidemia de dengue hemorrágico en 1981 que afectó a 344. 203 ciudadanos y causó la muerte a 158 personas, 101 niños entre ellos, y más de 600 atentados organizados contra Fidel.

La década de los 90 fue particularmente intensa en la cantidad de actos violentos contra nuestro país. Eufórica por la caída del campo socialista este europeo y la desaparición de la Unión Soviética, y soñando ver pronto el final de la Revolución Cubana, la mafia terrorista de Miami ejecutó en estos diez años más de 200 acciones contra Cuba, poniendo énfasis especial en las instalaciones turísticas por ser el turismo el sostén principal de una economía que había perdido de la noche a la mañana el 85 por ciento de su comercio exterior y había entrado en serias dificultades como consecuencia de ello. Tiroteos contra hoteles en Varadero y Cayo Coco, una ola de explosiones en cinco hoteles de la ciudad de La Habana en 1997, infiltraciones de elementos fuertemente armados procedentes de la Florida para colocar artefactos explosivos en conocidos y concurridos centros turísticos como el internacionalmente famoso cabaret Tropicana -el más reciente de esos grupos fue capturado en abril del 2001- y la amenaza incluso de volar aviones que desde América Latina transportan turistas hacia Cuba, han formado parte de los métodos terroristas empleados en el último decenio.

Un papel activo en estas infames actividades lo ha tenido la Fundación Nacional Cubano Americana, una organización que bajo la fachada de una "fundación humanitaria", organiza y financia importantes acciones criminales contra nuestro país, como la mayoría de las ejecutadas en los 90, realiza lobby en el Congreso en favor de sanciones y leyes contra la Page 113 isla y financia campañas de políticos norteamericanos opuestos a cualquier relación con Cuba.

La FNCA es la principal financiera de las "hazañas" de Luís Posada Carriles, uno de los más connotados terroristas internacionales, autor intelectual junto a Orlando Bosch del crimen de Barbados y organizador de la serie de explosiones en los hoteles de La Habana en los días previos y durante la celebración en la capital cubana del XIV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en 199?, que reunió a más de 13 mil jóvenes de unos cien países del orbe. Posada Carriles guarda prisión hace más de un año en Panamá, donde espera ser juzgado por el intento de atentado al Presidente de Cuba Fidel Castro durante la Cumbre Iberoamericana del 2000, hecho en el que pudieron haber perdido la vida miles de estudiantes universitarios panameños o varios Jefes de Estado de nuestra región.

Ante esta agresión permanente, en virtud de la impunidad y desfachatez con que estos elementos terroristas se pasean por las calles de Miami y desde allí planean y financian sus brutales planes, y dada la inacción o consentimiento de las autoridades estadounidenses, Cuba tiene el derecho de ejecutar todas las medidas a su alcance para preservar la vida de su pueblo, la de ciudadanos de otros países que visiten nuestro país, e incluso ayudar a preservar de tales actos terroristas al propio pueblo norteamericano.

En suelo de los Estados Unidos la criminal mafia anticubana ha llevado a cabo centenares de actos terroristas contra instituciones o personas vinculadas a Cuba o favorables a una relación normal con nuestro país. Así han colocado bombas en centros públicos conocidos de Miami como el Centro Vasco, ultimaron a mansalva a Luciano Nieves, un emigrado defensor de la coexistencia pacífica con Cuba, asesinaron con una bomba en su coche al ex Canciller chileno Orlando Letelier y su secretaria norteamericana Ronni Moffitt en plenas calles de Washington, quemaron públicamente en Miami la famosa pintura "El pavo real" del maestro de la plástica cubana Manuel Mendive y muchos otros episodios vandálicos, que son un verdadero asalto a la tranquilidad del pueblo norteamericano y a la seguridad nacional de ese país.

Ahora que todos guardamos frescas las dantescas imágenes del horrendo atentado terrorista contra las Torres Gemelas de Nueva York, es bueno mirar atrás al 11 de septiembre de 1980, día en que fue asesinado en pleno día en una concurrida calle de Nueva York, por personeros de esta repugnante mafia, el diplomático cubano ante Naciones Unidas Félix García Rodríguez. Sus asesinos gozan aún hoy de total impunidad.

Page 114

Ante este "estado de necesidad", para defender a su pueblo de la muerte, la Revolución Cubana se ha visto obligada a poner en práctica las más diversas acciones, incluida la búsqueda de información dentro de los propios grupos terroristas; un elemento, por cierto, muy presente en los nuevos planes antiterroristas de las agencias de inteligencia norteamericanas después de los atentados de septiembre.

Cuba ha compartido en varias ocasiones las informaciones que posee sobre los planes de estas organizaciones con las autoridades del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos. En junio de 1998, nuestro país entregó a una misión de importantes especialistas del FBI voluminosos expedientes y grabaciones en casetes de audio y vídeo sobre los planes y acciones terroristas de esa mafia miamense. Tales autoridades prometieron dar respuesta a las evidencias presentadas por Cuba.

La "curiosa" respuesta del FBI fue la detención el 12 de septiembre de 1998, unos tres meses después, de un grupo de cubanos que insertados en diversas organizaciones contrarrevolucionarias, recopilaban informaciones sobre sus proyectos agresivos y los enviaban a su patria, con el único objetivo de frustrar estos actos terroristas destinados a sembrar el dolor, el pánico y la muerte en el pueblo de Cuba.

Desde entonces, cinco valerosos jóvenes cubanos guardan injusta, humillante y dura prisión en cárceles norteamericanas, por el único delito de ser patriotas y dignos. Sobre ellos se ha ensañado la sed de venganza y el odio visceral de una mafia terrorista derrotada a plenitud en su política y acciones de constante hostilidad contra la nación cubana; rabiosa del prestigio internacional de Cuba; temerosa de las expresiones cada vez más crecientes dentro de importantes sectores de la sociedad norteamericana contra la absurda política de la Casa Blanca hacia Cuba, en especial el bloqueo; y repudiada y aplastada tras su criminal y repugnante secuestro del niño Elián González Brotóns.

Durante 17 largos meses, estos heroicos hombres permanecieron encerrados en la Unidad Especial de Confinamiento (SHU), comúnmente conocida por los reos como "El hueco"; tiempo en el que tres de ellos no pudieron tener contacto alguno ni con sus familias ni con su país. Un cuarto apenas pudo ver desde las ventanas del Centro de Detención Federal de Miami a sus hijas, una de las cuales tenía en ese momento apenas un año de nacida. Pese a tan brutal trato, nada pudo doblegar el espíritu y la entereza de estos hombres.

Al momento de la detención, el afidávit presentado por el FBI el 15 de septiembre del 98 acusaba a estas personas de conspiración y de ser agentes Page 115 extranjeros. Al presentarse los cargos ante la justicia en octubre del 98, la Fiscalía acusó a los detenidos de conspiración, conspiración para espiar, agentes extranjeros no autorizados y documentación falsa. Casi ocho meses después, en mayo del 99 fue presentada una nueva acta acusatoria en la que se incluyó para uno de los detenidos el cargo de conspiración para asesinar, relacionándolo burdamente con los acontecimientos del 24 de febrero de 1996, en los que fueron derribadas dos avionetas de la organización terrorista "Hermanos al Rescate" que violaron reiteradamente el espacio aéreo cubano. Hecho notorio resultó que la nueva relación de cargos fue dada a conocer por la prensa de Miami antes incluso de que fuera oficializada por la Fiscalía. Esta manipulación de los cargos, muy vinculada con la aspiración de la mafia de robarse -a través de otro proceso judicial en curso en aquel momento- una buena tajada de los fondos financieros cubanos congelados en bancos norteamericanos en virtud del bloqueo, mostró desde el principio el carácter político que iba a tener este proceso.

El 27 de noviembre del 2000, con el proceso de selección del jurado, comenzó un amañado y cínico juicio contra los cinco patriotas cubanos. El 6 de diciembre de ese propio año se iniciaron las vista orales del proceso. Durante siete meses, peritos y testigos de la Fiscalía y testigos de la defensa declararon en las sesiones del juicio.

La presentación de la Fiscalía fue inconsistente y carente de pruebas, con testimonios de los peritos claramente manipulados y testigos de poca catadura moral como Rodolfo Frómeta, cabecilla principal de la organización contrarrevolucionaria Comandos F-4, quien con total desparpajo y ante la mirada complaciente de los fiscales hizo alarde de sus múltiples intentos de asesinar a Fidel.

El pobre proceder fiscal, propio de un proceso "montado" con evidentes fines políticos, fue tan notorio que hasta el vocero de la mafia, el diario El Nuevo Herald, publicó el 2 de marzo del 2001 un comentario de Ernesto Betancourt, ex director de la emisora anticubana mal llamada "Radio Martí", en el que éste fustigaba el actuar de los fiscales y el inesperado giro que había tomado el juicio: "Se tiene la percepción de que, de hecho, los acusados han dejado de ser los espías y se ha puesto a la comunidad cubano americana, en particular a Hermanos al Rescate. en el banquillo de los acusados. "

Page 116

Los abogados defensores, quienes ejercían de oficio, lograron presentar en cambio a través de sus testigos pruebas contundentes de la integridad de cada uno de sus defendidos, de la no-existencia de peligro para la seguridad nacional, del amplio historial terrorista de la mafia anticubana, de la ilegitimidad del cargo de conspiración para asesinato y de la complicidad de ciertas autoridades norteamericanas con esa mafia. La defensa llamó a testificar a personalidades políticas como el ex asesor de Clinton para Cuba, Richard Nuccio, y relevantes militares de ese país como el general Charles Wilhelm, ex Jefe del Comando Sur, quien expresó su convencimiento de que Cuba no constituía una amenaza para los Estados Unidos y que estos jóvenes no habían lesionado la seguridad nacional de ese país.

La Defensa logró incluso llevar como testigo hostil a José Basulto, cabecilla de la organización contrarrevolucionaria "Hermanos al Rescate", quien fue desnudado en su esencia terrorista y mañosa y como elemento provocador de tensiones entre Cuba y Estados Unidos. El golpe fue tan demoledor que la Fiscalía amenazó a otros personeros de la mafia llamados a declarar como testigos hostiles a que si no se acogían a la Quinta Enmienda y guardaban silencio, serian encausados por el delito de crimen organizado. Así de "limpio" fue todo el proceder fiscal.

Las abrumadoras evidencias presentadas por la Defensa -que incluyó la deposición mediante el vídeo de peritos y testigos cubanos- y la fuerza de los argumentos esgrimidos, llevó a los mañosos y a sus voceros en la radio, la televisión y la prensa escrita miamense a hacer llamados de alerta a la comunidad anticubana sobre la posibilidad de que perdieran el juicio y a lanzar diatribas diversas sobre lo iba sucediendo en el Tribunal, creando una atmósfera clara de presiones sobre el desarrollo del proceso. El 17 de mayo del 2001, casi al final de las vistas orales, el propio libelo Nuevo Herald públicaba un artículo bajo el título "Fiscalía teme una conspiración en su contra".

En numerosas ocasiones la Defensa presentó a la jueza federal encargada del caso mociones en las que solicitaba el cambio de jurisdicción del juicio a otra ciudad fuera de Miami, donde el ambiente es tan hostil y parcializado, donde la mafia anticubana compra jueces y fiscales, medios de comunicación y policías, autoridades políticas y del FBI, donde un minoritario grupo impone a una mayoría silenciosa su agenda agresiva contra Cuba; pero todas fueron denegadas.

Por eso, pese a lo sucedido en las 103 sesiones del juicio, no fue una sorpresa que el 8 de junio del 2001, sin ninguna interrogante o duda sobre los interminables Page 117 temas tratados en el alargado proceso, los testimonios de 90 testigos o peritos, o sobre las numerosísimas evidencias presentadas, el jurado de este maquiavélico proceso declaró a los cinco imputados culpables de todos los cargos. Una vez más la justicia norteamericana actuaba ciega, sorda y muda.

Pero la injusticia no hizo amilanar a estos hombres. Una muestra es la carta que Gerardo Hernández, a quien se acusó de los más graves cargos, le escribió a su esposa dos días después de la decisión del jurado: "Yo me siento muy tranquilo. Con la tranquilidad que ofrece el sentirse inocente, el tener la conciencia limpia, el saberse víctima de una injusticia. Confío que un día prevalecerá la verdad y se hará justicia, pero aun si así no fuera, porque sé que a veces no resulta fácil, puedes estar convencida de que mi actitud será siempre la misma. Cuando se tiene una causa por la cual luchar y resistir, un pueblo que defender, una familia que nos respalda, y una persona a quien amamos y nos ama; y cuando sabemos que no podemos defraudarlos, se le puede hacer frente a cualquier cosa por difícil que sea, con la mayor tranquilidad y dignidad del mundo. "

El 20 de junio del 2001 se da a conocer un mensaje de los cinco patriotas cubanos al pueblo de Estados Unidos en el que explican las causas de su presencia en ese país y señalan que su intención no fue nunca la de dañar a ese noble pueblo. En su misiva señalan: "Hemos sido víctimas de una colosal injusticia. [. . . ] Reafirmamos la más profunda convicción de que con nuestra actitud y acciones no transgredimos ni pusimos en peligro la seguridad del pueblo norteamericano y así contribuimos en alguna medida a descubrir planes y acciones terroristas contra nuestro pueblo. [. . . ] Los acusados en esta causa no nos arrepentimos de lo que hemos realizado para defender a nuestro país. Nos declaramos totalmente inocentes. "

Desde ese día, el pueblo cubano comenzó una extraordinaria batalla por la liberación de estos cinco hermanos de ideas, mediante debates televisivos en las llamadas Mesas Redondas, Tribunas Abiertas en diferentes municipios del país y marchas patrióticas frente a la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba. Más de un millón de habaneros marcharon frente a la representación norteamericana en multitudinaria y patriótica protesta el 26 de julio del 2001.

Varios grupos de solidaridad por la liberación de los cinco prisioneros políticos han surgido desde entonces en ciudades norteamericanas como Nueva York, Los Ángeles y Miami, así como en Argentina. Solivia, Uruguay, República Dominicana Italia, Francia, Inglaterra y otras naciones.

Page 118

Como reacción inicial a su mensaje al pueblo norteamericano y la decidida batalla emprendida por el pueblo cubano, los cinco detenidos fueron llevados nuevamente a las celdas de castigo del SHU o "Hueco", donde permanecieron durante casi dos meses. Después fueron separados y trasladados cada uno a celdas en pisos y alas diferentes del Centro de Detención Federal de Miami.

El pasado 11 de diciembre del 2001 comenzaron las vistas de sentencia contra nuestros cinco valerosos compatriotas, a quienes la jueza federal Joan Lenard les impuso uno a uno las máximas condenas posibles, en sesiones que se extendieron hasta el 27 de diciembre. Gerardo Hernández fue condenado a dos cadenas perpetuas y 15 años, Ramón Labañino a cadena perpetua y 18 años, Antonio Guerrero a cadena perpetua y 10 años, Fernando González a 19 años y René González a 15 años.

Frente a las bochornosas condenas y toda la ignominia y vileza del juicio, estos cinco heroicos cubanos pronunciaron en las vistas de condena contundentes alegatos que hicieron estremecer las salas del Tribunal Federal de Miami. Con sus voces potentes y serenas condenaron con firmeza todo tipo de terrorismo, en especial el que desde Miami se ha ejecutado contra Cuba a lo largo de cuatro décadas, denunciaron el repugnante proceder de la mafia anticubana, y el actuar corrupto y pérfido de la Fiscalía, el Jurado y los representantes del FBI en el sur de la Florida.

Lo que pretendió ser un juicio contra la Revolución, alentado por sus más enconados enemigos, fue una nueva victoria para nuestro pueblo. En su propia guarida, la mafia tuvo que escuchar muchas verdades en la voz de cinco hombres que no usaron su oportunidad de palabra en el juicio para pedir clemencia, sino para acusar a sus infames captores y proclamar su pesar por no tener más que una vida que ofrecer a su patria.

La mafia y sus voceros han intentado en estos cuatro años de desacreditar a estos hombres calificándolos despectivamente como "peligrosos espías"; pero lo que no han dicho es que todos son jóvenes brillantes, graduados universitarios con excelente futuro en sus profesiones, que supieron postergar sueños profesionales y sufrir el alejamiento de sus familias para consagrar sus vidas a la defensa de su pueblo de las criminales acciones de una mafia terrorista capaz de los más atroces crímenes. Los sucesos en Estados Unidos el 11 de septiembre demuestran en su total dimensión el valor de las acciones de estos hombres en función de la seguridad y la paz universal.

Page 119

El ejemplo de estos cinco heroicos hombres se agiganta cada día ante nuestro pueblo y los convierte en formidables paradigmas del honor y los principios para nuestros jóvenes y los jóvenes del mundo. Las verdades por ellos aireadas en las "entrañas del monstruo" -parafraseando a José Martí- son las mismas que hoy enarbola nuestro pueblo en la colosal batalla de ideas que llevamos adelante por un porvenir libre, culto y en paz para nuestro pueblo y la humanidad.

Por haber "cumplido con ejemplar dedicación, dignidad y firmeza la sagrada misión de defender la Patria, y protegerla del terrorismo, corriendo grandes riesgos para sus vidas y soportando enormes sacrificios en el medio más hostil, agresivo y corrupto", el 29 de diciembre del 2001, en sesión extraordinaria, la Asamblea Nacional del Poder Popular decidió, a propuesta del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, otorgar el Título Honorífico de Héroes de la República de Cuba a Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Fernando González Llort, René González Sehwerert y Antonio Guerrero Rodríguez.

¡Paso a los que no tienen miedo a la luz. . . !

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT