IV Congreso del Partido

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A los 123 años del inicio de nuestras guerras de independendencia, el 10 de octubre de 1991 se iniciaron las sesiones del histórico IV Congreso, desarrollado con ejemplar espíritu democrático y con el objetivo de trazar líneas y políticas concretas, en momentos del derrumbe del socialismo en Europa del Este, de graves problemas en la URSS, del Mundo monopolar de Estados Unidos, la intensificación del bloqueo y agresiones a Cuba por esta potencia y del período especial en nuestro país.

Varias fueron las resoluciones aprobadas. La que se contrae a las modificaciones de los Estatutos del Partido en que se reafirma "de manera inequívoca el objetivo supremo de la Revolución: la edificación socialista en Cuba". La referida al Poder Popular, encaminada al perfeccionamiento de la organización y funcionamiento de sus órganos, a partir del hecho de que la circunscripción representa "los aportes más legítimos y auténticos en nuestro sistema democrático" e instaura el voto directo de los electores en las elecciones del poder popular provincial y los diputados a la Asamblea Nacional.

Sobre el problema del desarrollo económico del país se establecen programas y medidas "sobre la base de nuestras concepciones y de respeto a nuestras realidades" y se delinean los programas priorizados de la alimentación, el desarrollo de la industria médico-farmacéutico y el turismo, así como el impulso al máximo posible de las exportaciones tradicionales o de nuevos productos y servicios. Como complemento a los esfuerzos inversionistas que debe realizar el país "se estimula la inversión extranjera en las ramas y territorios donde resulte conveniente por su aporte en términos de capital, tecnología y mercado" y la disposición de desarrollar "proyectos de inversión con un tratamiento preferencial para nuestros socios de América Latina y el Caribe", como "un paso de avance hacia la integración económica regional".

En política exterior se proclama la "inalterable esencia revolucionaria, antimperialista, solidaria e internacionalista de nuestra política exterior". Repetimos, con Fidel "aquellos que digan que nuestra lucha no tendría perspectiva con la actual situación y frente a la catástrofe ocurrida hay que responderles de una manera categórica: lo único que no tendrá jamás perspectiva es si se pierde la patria, la Revolución y el socialismo".