Cuba, Estados Unidos y El Consejo de Seguridad

AuthorConsejo editorial
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EL Consejo de Seguridad ha sido escenario vergonzoso de un hecho que pone en entredicho su respetabilidad. A principio de año ese órgano, presto y diligente, impuso a Libia la obligación de extraditar a dos ciudadanos sospechosos por el sabotaje de dos aviones civiles aplicándole fuertes sanciones económicas a ese país; casi coetáneamente y, en la reunión cumbre del Consejo de Seguridad, se adoptó por unanimidad una declaración para acabar con el terrorismo en el mundo.

Así las cosas, ese organismo se reunió, tras una larga renuencia en hacerlo y a pedidos de Cuba, para considerar el monstruoso crimen de la voladura de un avión civil cubano en Barbados, que causara la muerte de 73 personas. Fue un espectáculo bochornoso el de un Consejo de Seguridad, petrificado y silencioso, que se limitó a escuchar las sólidas pruebas de Cuba, demostrativas del que Estados Unidos dispone de una copiosa y significativa documentación sobre el hecho que viene obligando a entregar a Cuba, así como a extraditar a nuestro país a los terroristas Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, organizadores y principales culpables de tan horrendo crimen, que se hallan bajo la protección del gobierno de ese país o de algunas de sus agencias especializadas, y escuchar la ridícula respuesta del representante de ese país, que evidentemente se mofó del auditorio. Lo sucedido es como para preguntarse si del nuevo orden mundial que se pregona en Washington forma parte del papel indigno, falto de coherencia y doble moral que se quiere asignar al Consejo de Seguridad, y si se espera del mundo la miseria moral, la cobardía, el servilismo y el oportunismo de los demás Estados.

Una cosa es cierta y es que Cuba seguirá reclamando que el Consejo de Seguridad cumpla sus obligaciones, que el gobierno de Estados Unidos entregue las pruebas y los culpables y que ese país renuncie a que su suelo sea empleado para organizar, promover y llevar a Cuba tales actos de terrorismo internacional. Sólo así es que se defienden los principios, la igualdad soberana y la independencia nacional; el nuevo orden mundial que los pueblos reclaman en la búsqueda de un futuro mejor.

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