Derecho, Ciencia del Derecho y cambio social
| Author | Jorge Pelaez Padilla |
| Pages | 237-254 |
XVIII. DERECHO, CIENCIA DEL DERECHO
Y
CAMBIO
SOCIAL
I.
INTRO
DUCCION
Jorge Pelaez Padilla*
Filosofor
sobu
tl
derecho
y el
eslatk
no
estd
=10
de
peligros
.
Desdichado
quim
los
ignore
:
1UdS0
riespieTte
convertido
en
complice
de
la
ilegitimidad.
PUtS
una
de
las
vmientes
del
filosofor
sobre
el
dm:cho
y
el
estado
se
conviertt
en
un
Ilbismo.
JUAN-
RAM6
:-1
CAP
EL
lA
EI
siglo que recien
conduimos
represent6, sin dudas, una dura, larga y desespe-
ranzadora prueba para la humanidad. Asumiendo los riesgos que entrafia la contem-
poraneidad en el analisis
de
cualquier fen6meno, me adentrare a verter algunas con-
sideraciones acerca del papel desempenado
par
el Derecho y la teoria jurfdica en
el
contexto mencionado. Ademas intentare mostfar que
oua
forma
de
hacer y
ciencia del Derecho, es posible.
At
siglo XX lleg6 el hombre con grandes expectativas sobre
10
que
podrfa alcanzar
mediante
la
aplicaci6n
de
una importante gama de conocimientos, acumulados
durante
siglos, pero elevados exponencialmente en
el
siglo XlX.
Par
primera vez
en
la historia tenfamos
en
nuestro poder todo
10
necesario para elevarnos sobre
la
som-
bra
de nuestras carencias, de nuestra dependencia
de
la
naturaleza, de nuestro aisla-
miento
geografico.
Dos
guerras de terribles consecuencias humanas a escala global
(y
muchas
OUas
locales
tan
destructivas 0 mas);
eI
relativol fracaso del modelo econ6-
• Licenciado en Derecho por
la
Universidad de
La
Habana. Ex-pofesor del Deparrarnemeo de
Esrudios Jurldicos Bisicos
de
la Facu\rad
de
Derecho
de
la Universidad de
La
Habana
(2002 -2004).
Maesrro
en
Derecho por la Universidad Nacional
Auronoma
de Mexico (UNAM) . Profesor de riempo
complero
en
la Universidad Aur6noma de la Ciudad de Mexico (UACM).
1 Digo relarivo reniendo en cuenca
la
caida de
Ia
Union Sovierica y del muro de Berlin.
Hoy
en
dfa
queda
claro que
eI
socialismo sigue siendo una a1temativa viable y necesaria para
La
sobrevivencia de
La
humanidad;
un
socialismo nuevo, que aprenda de l
os
errores pasados.
La
sobrevivencia del proyecto cuba-
no
que
ha resistido a pesar
de
tamos avatares, y la a1borada de nuevos procesos que se defmen como socia-
liscas (Venezuela, Bolivia, Ecuador), son muestras
de
que
eI
socialismo sigue siendo una opci6n pol/rica
frente a un capitalismo que
se
convierre, cada
vez
con
mas
daridad, en
un
enernigo de la humanidad.
237
mico y politico del denominado socialismo real, en
eI
cual parte de
la
humanidad
habla depositado sus esperazas;
eI
paradigma de los Derechos Humanos frustrado
por
la
absolutizacion, jerarquizacion e inaplicacion de los mismos;
la
cosificacion y mer-
cantilizaci6n extrema de
la
vida humana; constituyeron hechos decepcionantes que
condujeron a parte de
la
humanidad
a un desencantamienro con su devenir.
EI
modo
de
producci6n relativo a
la
modernidad posrevolucionaria2 (capitalis-
mo), si bien
lLevo
a cabo una enorme revolucion en [Odos los
wbitos
civilizatorios,
en especial
eI
tecnologico
(s610
comparable con la revoluci6n
neoLftica);
los frutos de
ese proceso solo han servido para respaldar
la
logica acumulativa, unico y verdadero
fin del sistema.
No
en vano,
aunque
la apariencia nos confunda, solo
se
beneficia un
por ciento minoritario de la poblacion mundial de
los
adelantos del siglo
XX
(e1ec-
tricidad, telecomunicaciones, informatica, salud publica, etc.).
1..0
que interesa es pro-
ducir para maximizar
la
ganancia
y,
por consiguiente, la adquisicion de los bienes
derivados de
la
produccion siempre ira a parar a manos del que tenga
la
capacidad de
comprarlos, y no del que los necesite.
La
consigna de libertad.
igualdad
y fraternidad,
no inclufa bajo
su
formulacion a toda la sociedad.
La
raz6n
de
la
excesiva confianza
en
la
nueva etapa
de
la historia que iniciaba, des-
can saba en
que
el
Estado burgues, ya victorioso a pesar
de
la
restauracion monarqui-
ca
europea luego
de
la
derrota de Napole6n en Waterloo, se mostraba ahora
como
eI
redentor de la humanidad,
el
vencedor frente
al
absolutismo,
el
enterrador de las dife-
rencias por motivo de nacimiento, de
las
corporaciones
que
ahogaban
la
libertad indi-
vidual
por
la subordinaci6n a
una
determinada colectividad. Este Estado, represen-
rante de una sola fraccion
de
la
totalidad de la sociedad, ahora tomaba abstracta-
mente universales
las
consignas necesitadas para la lucha contra
el
antiguo
regimen
y
para la definitiva articulacion
de
las relaciones
de
produccion capitalisras.
Formalmente, por primera vez en la historia, se parda del principio de que rodos los
hombres eran iguales y que la meta de cada individuo estaba solo Iimitada por su pro-
pia ambici6n,
por
10
que fuera capaz
de
proponerse y alcanzar.
Si
observamos estos presupuestos sin intentar someterlos a una aguda critica,
es
factible arribar a la conclusion de
que
la historia
humana
se
encaminaba hacia espa-
cios
donde
el hombre pudiera ser gestor de su felicidad, y ademas esta pudiera ser
lograda. Los progresos en todos los ambitos de
la
ciencia avalaban tambien esta expec-
tativa.
No
en balde
el
Positivismo irrumpe, informa y comanda en todas las esferas
del quehacer civilizatorio. Pese a que algunas voces comenzaban a alzarse para denun-
ciar que solo se trataba de
una
mudanza
en
las
relaciones
de
dominacion; la forma en
que
el
sistema asumfa y
reproduda
una
postura ideol6gica y axiologica de
un
sector
de la sociedad y la convertla en razon universal aceptada por todos, falseando
asf
la
realidad, conllevo a que
se
tuviera la percepci6n de que
eI
siglo
:xx
seria, sin dudas,
el
del gran sal to del hombre sobre su propia sombra.
Ya
concluido este siglo y adentrados en
el
XXI,
es
(iempo de ponderar todas
las
expectativas creadas y los resultados obtenidos,
de
poner
en duda todos los dogmas
creados, de tratar de entender la realidad e interpretarla sin mediaciones ideol6gicas
que la falseen, pero
reafidad
entendida
no como fen6meno natural inerte, sino como
2 Modernidad posterior a
Ia
Revoluci6n francesa.
238
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