Discurso pronunciado en la inauguración del Seminario sobre Administración de Justicia en América Latina, el martes 12 de marzo, en el Centro de Prensa Internacional, por el Embajador del Canadá en Cuba excelentísimo señor Mark A. Entwistle.

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Estimado Presidente del Tribunal Supremo Popular, José Raúl Amaro Salup; Estimado Fiscal General de la República, Juan Escalona Reguera; Distinguidos colegas Dr. de la Cruz Ochoa y Dr. Baigún; Amigos todos:

Es un honor y un placer para mí acompañarlos hoy en la inauguración de este Seminario sobre Administración de Justicia en América Latina. En nombre del Gobierno de Canadá, les agradezco la oportunidad de dar nuestro aporte a un encuentro de extraordinaria importancia, que reúne a un selecto grupo de juristas de Cuba y del continente americano. Personalmente no puedo acreditarme aquí como jurista: no soy abogado, ni juez, ni profesor de Derecho. Sin embargo, como representante de Canadá puedo hacerles algunas observaciones acerca del interés canadiense por estos temas y sus variaciones en las distintas regiones del mundo. La justicia constitucional es uno de los principales elementos del núcleo de valores que aglutinan a la nación canadiense. Como seguramente muchos de ustedes conocen, Canadá tiene su propia Constitución desde hace sólo 14 años, o lo que es lo mismo desde 1982. Es decir, es un documento escrito a fines del siglo veinte, escrito por los canadienses para las futuras generaciones de canadienses. Nuestra Constitución deja un margen para hacer enmiendas y modificaciones, y ofrece un basamento legal para que nuestro país se adapte a las nuevas realidades que deben enfrentar nuestros ciudadanos. La Constitución canadiense es un contrato básico entre nuestros ciudadanos y los distintos niveles del gobierno en el que se estipulan los derechos y las responsabilidades Page 12 de ambas partes. Aunque algunos consideren que las discusiones sobre temas constitucionales son demasiado arcanas y oscuras para enfrascarse en ellas, permítanme señalarles que una gran mayoría de los canadienses da por sentado que, cada día y a cada hora, su constitución está trabajando para ellos de mil formas distintas. Ello significa que los que tienen que hacer trabajar a la Constitución cada día, es decir, los abogados, los jueces, los representantes elegidos por el pueblo y los funcionarios del Estado, tienen una responsabilidad inmensa ante nuestra sociedad.

Nos resulta particularmente grato haber brindado nuestra modesta colaboración para que se reunieran dos eminentes organizaciones de juristas: la Sociedad Cubana de Ciencias Penales, perteneciente a la Unión Nacional de Juristas de Cuba, y el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales, de Buenos Aires, Argentina. Aunque ya se han efectuado un buen número de contactos entre ambas organizaciones, creo que éste es el primer fruto de sus esfuerzos que alcanza tan alto nivel. Es extremadamente importante poder contar con la presencia de juristas de Argentina, Costa Rica y El Salvador y desde mi perspectiva, quisiera agradecerles que hayan dedicado una parte de su ocupado tiempo a participar en este seminario. Canadá se siente comprometida con toda América Latina, y lo pone de manifiesto con su diario quehacer, y su espíritu de diálogo y de colaboración a través, de asociaciones efectivas. Nuestro concepto de la región no excluye a nadie, sino que abarca el Caribe, América del Sur y América Central, incluyendo Cuba. Pero más importante aún que nuestra mera participación en proyectos regionales conjuntos, es nuestro compromiso de trabajar con todos nuestro vecinos de la América por el establecimiento de puentes entre nosotros mismos. Considero que este seminario es un ejemplo de ese compromiso permanente que ha contraído mi país.

Como ustedes saben, Canadá mantiene unas relaciones diplomáticas activas y dinámicas con Cuba desde hace ya más de 50 años. En estos últimos tiempos los cubanos están oyendo hablar cada vez más y más sobre Canadá, fundamentalmente debido a nuestras crecientes relaciones comerciales, y a que cada año viajan a Cuba más de 150 mil turistas canadienses. No obstante nuestras relaciones presentan muchas otras facetas: está también la faceta de la ayuda humanitaria al pueblo de Cuba, ante las grandes dificultades económicas por las que está atravesando; los proyectos de desarrollo y cooperación; en áreas priorizadas; los Page 13 intercambios académicos; la cooperación en el campo de la preservación del medio ambiente; las consultas sobre cuestiones de seguridad regional y global, y el diálogo político a los más altos niveles. Consideramos que la línea seguida en los contactos entre nuestros dos pueblos y gobiernos es muy saludable y beneficiosa para ambos países, y tiende al fomento de la confianza mutua. Así, seguiremos enfrascados en el diálogo con Cuba y con los cubanos de la isla.

Desde nuestro punto de vista, esta impresionante concentración de expertos -de abogados, profesores y juristas cubanos, y de algunos representantes de instituciones homologas de América Latina- es una oportunidad única de compartir experiencias, desarrollar alternativas, analizar problemas comunes y explorar soluciones. Me ha impresionado especialmente que los organizadores del Seminario hayan podido garantizar una participación tan amplia de juristas procedentes de todas las provincias del país. Eventos como éste son fundamentales para todos los profesionales, no' importa a que sector pertenezcan, porque les permite detenerse a reflexionar acerca de su profesión. Los doctores De la Cruz Ochoa y Baigún saben que sus organizaciones pueden contar con el apoyo de Canadá en cuanto identifiquen los sectores priorizados para futuros proyectos de colaboración. No quisiera terminar sin antes expresar mi agradecimiento al Dr. Danilo Rivera, Secretario de la Sociedad Cubana de Ciencias Penales, y al Dr. Alberto Binder, Secretario del Instituto del Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales, cuya dedicación personal a este evento ha hecho posible que todos podamos estar hoy aquí participando en él. Espero poder conversar con muchos de ustedes esta noche en mi Residencia, pero mientras tanto, los dejo, porque no quiero robarles más tiempo y sé que tienen mucho de qué hablar entre ustedes.

Muchas gracias.

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